Analistas económicos, la Secretaría de Hacienda y el Banxico no ven el mismo panorama optimista para el crecimiento de México que visualiza el Presidente Andrés Manuel López Obrador. En promedio estiman que este 2019 el país se expanda un 2 por ciento o menos, debido a la desaceleración de Estados Unidos, la guerra comercial y el Brexit, así como por la incertidumbre generada por el arranque de su gobierno acompañado con la cancelación del Nuevo Aeropuerto, la deriva de Pemex y la posible prolongación del desabasto de combustibles.
Ciudad de México, 4 de febrero (SinEmbargo).– A dos meses del arranque del sexenio, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ilustró que el Gobierno es como «un elefante reumático» que cuesta mucho trabajo empujar y es un cuerpo de avance lento. Aún así insiste en que el país crecerá más del 2 por ciento este 2019 y un 4 por ciento al término de su mandato en 2024.
Pero organismos económicos globales han ajustado a la baja sus estimaciones para el primer año de su administración. El análisis de los especialistas tampoco coincide con el optimismo del Presidente. Ven como riesgos externos la desaceleración de Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, la guerra comercial con China, un accidentado Brexit en Reino Unido y que el T-MEC no ha sido aprobado en el Congreso de Estados Unidos y Canadá.
A nivel interno, perciben incertidumbre por las políticas gubernamentales anunciadas –teniendo como antecedente la cancelación del Nuevo Aeropuerto–, la situación de Petróleos Mexicanos (Pemex) que reporta números rojos desde el sexenio anterior y, de prolongarse, el desabasto de combustibles que podría impactar en la tasa inflación cada vez más cerca de la meta del Banco de México (Banxico).
De acuerdo con una estimación preliminar del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el Producto Interno Bruto (PIB) de México creció 2 por ciento en 2018 frente al 2.1 por ciento de 2017, y lejos del 2.9 por ciento de 2016.
La misma Secretaría de Hacienda (SHCP) estimó un 2 por ciento para este 2019, ya que «en línea con el menor crecimiento esperado para la economía estadounidense, se estima que las exportaciones no petroleras de México crezcan a un ritmo menor que en 2018», expuso en los Criterios Generales de Política Económica.
«Yo creo que vamos muy bien», autoevaluó López Obrador basado en la fortaleza del peso que en estos dos meses acumuló una ganancia de 6.47 por ciento frente al dólar, de acuerdo con datos del Banxico. El miércoles fue más allá. «Vamos a crecer más de lo que se venía creciendo. Y creo que vamos a crecer al doble en el sexenio, al 4 por ciento, más de lo que se creció en 36 años de política neoliberal».
Sin embargo, la directora de Banco Base, Gabriella Siller dijo que ellos estiman un 1.8 por ciento para 2019 y el tipo de cambio seguirá siendo «muy sensible» a las noticias del exterior y a lo que las calificadoras vayan diciendo sobre el desempeño de las finanzas públicas en México.
«Creemos que habrá una desaceleración económica dado que es el primer año del sexenio», aseguró en entrevista. «Depende del ambiente empresarial».
En Banco Base prevén la desaceleración por la incertidumbre y la caída de la inversión, que seguramente crecerá por debajo del 1 por ciento. Para un PIB de 4 por ciento, dijo Siller, se necesitaría una Reforma Fiscal.
Los analistas consultados por el Banco de México sacaron una vez más la tijera y recortaron su previsión del PIB de 1.89 por ciento dicho en diciembre a 1.80 por ciento en enero.
Los principales riesgos para el próximo semestre que ven son la incertidumbre política interna (16 por ciento de las respuestas); la falta de Estado de Derecho (13 por ciento); los problemas de inseguridad pública (11 por ciento); la debilidad del mercado externo y la economía mundial (9 por ciento); y la incertidumbre sobre la situación económica interna (9 por ciento).
El miércoles el Banxico mostró en un informe que hay un «panorama complejo» para 2019, por lo que recomendó impulsar la adopción de medidas que propicien un ambiente de confianza y certidumbre para la inversión, una mayor productividad y que se consoliden las finanzas públicas.
Para el Banco Central, aún se arrastra la incertidumbre generada por cancelar el Nuevo Aeropuerto de Ciudad de México, iniciativas legislativas como la eliminación de las comisiones bancarias y por el futuro de Petróleos Mexicanos (Pemex), cuya calificación crediticia fue reducida por Fitch Ratings de BBB+ a BBB-. El Presidente Andrés Manuel López Obrador respondió que mantuvieron un «silencio cómplice» durante la corrupción al interior de la petrolera, que reportó pérdidas, baja producción y refinación, y un incremento de la deuda desde el sexenio anterior.
La encuesta en el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) se pasó de 2 por ciento en octubre a 1.7 por ciento este enero. Bank of America Merrill Lynch fue más pesimista y disminuyó la estimación de 2 por ciento a 1 por ciento para el 2019, derivado de los ajustes presupuestarios del Gobierno por su «austeridad republicana» y la desaceleración de la economía estadounidense.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) hizo lo propio al recortar su previsión de 2.5 por ciento en octubre a 2.1 por ciento. El Banco Mundial la ajustó a 2 por ciento.
«Es mucho mejor que el FMI diga que el crecimiento va caer al 2 por ciento porque así los vamos a sorprender; va a crecer más la economía y va a fallar su pronóstico, y lo digo de manera respetuosa», opinó López Obrador.
En contraste, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) prevé un crecimiento económico de 2.1 por ciento –igual al estimado en diciembre– frente al 2.2 por ciento de 2018, debido a la desaceleración de Estados Unidos.
FACTORES EXTERNOS: EU, CHINA, BREXIT
A nivel internacional, de la mano de la desaceleración de Estados Unidos y China, también se han ido revisando a la baja las previsiones para el crecimiento de la economía global porque persistan los riesgos de un escalamiento de las disputas comerciales.
«Un riesgo es definitivamente cuánto se tarden en aprobar el T-MEC en el Congreso de Estados Unidos, donde hay mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, entonces creemos que la aprobación vendrá hasta finales de 2019. También la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y el proceso de normalización de tasas de interés de los Estados Unidos», aseguró Gabriela Siller, de Banco Base.
Estados Unidos, en medio de la guerra comercial con China y el cierre de gobierno de dos meses, crecerá 2.5 por ciento en 2019 en comparación al 2.9 por ciento del año pasado, calcula la Cepal, aunque descartó una recesión en los próximos años.
El viernes pasado, como muestra del impacto estadounidense en México, la publicación de la creación de 304 mil nuevos puestos de trabajo, encima de las expectativas, retiró más presión al peso mexicano. El Departamento de Trabajo explicó que el cierre del gobierno de diciembre y enero no tuvo un impacto «perceptible» en la contratación de trabajadores, pero sí contribuyó en el alza de la tasa de desempleo.
Respecto al Brexit, el proceso de salida del bloque sigue sin concretarse en el Parlamento británico a menos de dos meses de la fecha prevista. El Institute of Directors (IoD) mostró una encuesta en que una de cada tres empresas británicas planea marcharse del Reino Unido o ya lo ha hecho.
«El inevitable trastorno y las crecientes barreras comerciales que una salida sin acuerdo podrían provocar son enteramente improductivas», justificó el director general interino de IoD, Edwin Morgan.
Un 29 por ciento de las compañías cree que la salida del Reino Unido de la Unión Europea supone un «riesgo significativo» para sus operaciones en el país británico. Un 11 por ciento ya se ha recolocado (incluyendo Sony y Panasonic), un 5 por ciento planea hacerlo y un 13 por ciento lo está considerando «activamente».
Sobre la guerra comercial, el Presidente de Estados Unidos Donald Trump se mostró optimista respecto a la posibilidad de alcanzar este febrero un ambicioso acuerdo con China para frenar la disputa, al terminar una ronda de negociación de dos días que se cerró con «avances susntanciales».
Pero faltan puntos por resolver para llegar a la firma de un acuerdo entre Trump y el Presidente chino, Xi Jinping, quien en una misiva le pidió seguir negociando en «un clima de respeto mutuo».
Hasta el momento se sigue dialogando para evitar que el próximo 1 de marzo, la fecha límite fija, Estados Unidos eleve del 10 por ciento actual al 25 por ciento los aranceles que mantiene a productos chinos por valor de 200 mil millones de dólares.
FACTORES INTERNOS
El grupo financiero BBVA Bancomer no prevé que el desabastecimiento de gasolinas y diésel en México durante enero tenga un impacto destacable en la economía mexicana, aseguró el director general Eduardo Osuna.
«Ha sido un periodo bastante breve», expuso Osuna en conferencia de prensa. Pero si la crisis se alarga, «podría tener impactos en algunos estados», aunque el grupo detecta ya «una normalización de la situación».
Destacó que los datos económicos de enero demuestran que «el nivel de crecimiento es bastante igual a lo que vimos en 2018». Además, explicó que hay un «consenso» entre la mayoría de analistas económicos en que «hay una entrada de inversiones importante», una «positiva» entrada de capitales al país y una «buena demanda de crédito» en las empresas.
Pero destacó la importancia de que el Gobierno mexicano acabe con la «impunidad» del crimen organizado porque «el Estado de Derecho genera certidumbre para los inversores». Con relación a la situación de Pemex, Osuna dijo que «el mercado lo tenía descontado».
Para Gabriela Siller de Banco Base, las «políticas económicas no ortodoxas» anunciadas por el Presidente implican incertidumbre. Aunque los proyectos de inversión como el Tren Maya lo ven como «algo positivo que puede impulsar al turismo» y el combate al robo de combustibles fue aplaudido a nivel internacional, «de seguir el desabasto de gasolina podría generar efectos adversos sobre la economía».
La industria tuvo pérdidas por 20 mil millones de pesos durante las dos primeras semanas del desabasto de gasolina, equivalente al 0.1 por ciento del PIB, principalmente en los estados del Bajío y centro del país, reportó el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales, (Concamin), Francisco Cervantes Díaz.
Luis Foncerrada Pascal, asesor económico de American Chamber en Mexico, escribió en una columna de Forbes que cerca de 200 mil millones de pesos costará la cancelación de contratos del NAIM y las obras alternas en Santa Lucía y el AICM. Sin embargo, el mayor costo será lo que se deje de percibir por no tener un aeropuerto de esta magnitud, que puede representar algunos puntos del PIB, estimó.
En cuanto al combate al robo de hidrocarburos, hay estimaciones que señalan que el costo de hacer frente a este problema mediante la estrategia de un cambio en la logística de distribución, cerrando ductos y utilizando carros tanque para el transporte de combustible, podría ser de casi 24 mil millones de pesos. Otras opiniones consideran que el impacto podría ser equivalente a tres décimas del PIB.
«Dejar de crecer tres décimas de punto en un ambiente de incertidumbre interna y bajo crecimiento mundial, puede tener un impacto negativo en el bienestar de la población, toda vez que podría ser equivalente a dejar de generar aproximadamente 60 mil nuevos empleos», dimensionó Foncerrada.